
Que la atracción surja en el entorno laboral no es algo extraño ni excepcional. Son muchas las horas que se comparten con los compañeros de trabajo, atravesando momentos difíciles, luchando día a día por cumplir objetivos profesionales, trabajando en equipo para sacar adelante un proyecto o disfrutando de pequeños momentos de éxitos empresariales conseguidos por el esfuerzo común. El roce hace el cariño y tras meses viéndoos cada día, además de trabajar en buena sintonía puede surgir la atracción entre compañeros.
Pequeños detalles pueden revelar que esa persona con la que trabajas siente un interés por ti que va más allá del ámbito profesional y siempre es bueno saber reconocerlos. Algunos son evidentes, pero otros pueden hacerte dudar, por eso, en este artículo detallamos las principales señales de atracción entre compañeros de trabajo para que tengas claro si la situación que estás viviendo es simplemente una buena relación laboral, o ese compañero quiere algo más.
Está especialmente atento a lo que puedas necesitar
Tener una mínima cortesía con las personas que trabajas es algo normal o debería serlo, pero cuando un compañero parece estar atento a cualquier cosa que puedas requerir, casi antes de que tú lo pidas, puede ser que esté muy pendiente de ti. Ejemplo típico es traerte un café a tu mesa cuando va por el suyo, sabiendo exactamente cuándo lo sueles tomar, o acercarte cualquier material de oficina que puedas necesitar para que tú no tengas que levantarte. ¿Cómo sabe que te has quedado sin folios?… quizá es que no te quita ojo.
Interés por la vida personal
En el trabajo se comparten muchas horas y es lógico que, con el tiempo y en las distintas conversaciones, se comenten aspectos personales como dónde vives, de dónde eres o si tienes familia, pero una señal de atracción entre compañeros se da cuando esas conversaciones se prolongan profundizando cada vez más en la vida fuera de la empresa. Si os pasáis horas hablando, tan a gusto, de mil temas, de vuestras aficiones, de las opiniones de cada uno sobre cualquier tema ajeno al trabajo, de vuestras relaciones con amigos o pareja… es más que probable que entre vosotros esté surgiendo un vínculo muy especial.
Curiosas coincidencias

La atracción entre compañeros de trabajo se hace evidente cuando los momentos a solas parecen repetirse ‘casualmente’. Coincidir a la entrada, también a la salida porque uno de los dos observa cuándo el otro está terminando sus quehaceres y hace tiempo para recoger y así salir a la vez, coincidir esos minutos esperando al ascensor o de camino a la parada del autobús o al aparcamiento, hacer una pausa para el café justo cuando el otro se levanta… demasiadas coincidencias ¿o no?
No se le escapa (ni olvida) un detalle
Es una señal sutil pero muy importante, que demuestra la atracción que un compañero de trabajo siente por otro. Cuando alguien te importa no se te olvidan las pequeñas cosas que le hacen sentir bien o le disgustan y además recuerdas cualquier pequeño comentario que haya podido decir sin darle la menor importancia.
Un compañero puede, por ejemplo, saber que la calefacción demasiado alta te molesta y cuando se da cuenta que la temperatura es elevada, propone al resto de compañeros bajarla, también recuerda que odias el tomate (porque lo comentaste una vez, hace tiempo) y cuando todos salís a comer, pide que no se ponga que no se ponga tomate en la ensalada que vais a compartir… cosas ‘tontas’ pero para él una valiosa información sobre ti.
Además, su interés resulta manifiesto cuando no ha olvidado algo que has comentado de pasada del tipo ‘mi madre está con gripe’ y, a los pocos días, te pregunta por ella y por su salud. A cualquier otro compañero quizá se le pasaría, pero a él no. Por supuesto, la fecha de tu cumpleaños la tiene más que presente y te lo hace saber con un pequeño regalo
Otros detalles pueden ser aún más evidentes. Si en un momento dado has dicho que no te gustan los hombres con barba y al cabo de unos días él ha decidido quitarse la que llevaba hace meses, el intento por gustarte salta a la vista.
Miradas de complicidad, sonrisas, roces cariñosos aparentemente sin importancia o interés por la vida personal y las aficiones del otro pueden ser señales de algo más que compañerismo
Sonrisas, miradas, bromas y halagos
Hay miradas que hablan por sí mismas y cuando ‘pillas’ a un compañero observándote embelesado desde su puesto de trabajo es una señal de que se siente atraído por ti. En ese momento, puede que mire rápidamente hacia otro lado disimulando o puede que te sonría, esperando, también, una sonrisa por tu parte. En ambos casos, la señal es clara. Las pequeñas bromas dirigidas especialmente a ti con intención de arrancarte una sonrisa o un pequeño halago sobre tu vestuario, tu cabello o la ‘buena cara’ que traes hoy demuestran, también interés claro y cierto coqueteo que no puede remediar.
Cualquier excusa es buena para hablar contigo
En la mayoría de los trabajos actuar en, equipo es esencial por lo que, interactuar con los compañeros es lógico, pero cuando uno de ellos busca excusas para acercarse a tu mesa y comentar cualquier aspecto o duda del proyecto en el que trabajáis, puede que su interés traspase el ámbito laboral.
Cuando hay atracción entre compañeros de trabajo, también es frecuente que a uno que esté interesado en ti le falte tiempo para ir a a ayudarte ante cualquier dificultad que puedas tener y que él detecte. ‘Se me ha colgado el ordenador’, ‘Esta factura no sé de qué es’ ‘No ha llegado tal pedido’… si te ve agobiada y acude como un rayo a intentar echarte una mano, quizá hay algo más que compañerismo.
Búsqueda de puntos en común
Si además de charlar siempre que tenéis ocasión, sobre todo en las pausas de descanso, donde soléis acabar hablando ajenos a los demás, la conversación acaba destapando puntos que tenéis en común es una señal de atracción entre compañeros que delata un deseo de mayor acercamiento. Preguntar por las costumbres del otro, por sus aficiones y hobbies, por los deportes que practica o por sus actividades en el fin de semana puede ser un primer paso para proponer un plan juntos. Si te gusta esquiar, ¡a mi también!… podríamos quedar para ir a esa estación donde ya hay pistas abiertas. Se trata de una estrategia que expresa claramente querer que la relación vaya más allá de lo laboral.
El lenguaje no verbal

Cuando existe atracción entre dos compañeros, los pequeños gestos cariñosos casi no se pueden evitar. La atracción hace que el contacto físico se busque o surja de manera espontánea. Colocarte un mechón del cabello, quitarle una pelusa de la cara, apoyar la mano en el hombro mientras se mira la pantalla del ordenador, tocar la mano al darte el café… gestos que pueden no tener importancia alguna, pero que si se repiten son significativos de la atracción que ha surgido entre compañeros de trabajo.
Móvil, WhatsApp, redes sociales…
Son muchos los detalles que pueden delatar el interés de un compañero por ti, que tienen su origen en las nuevas tecnologías y en las redes sociales. La pista más clara es su interés por obtener tu número de móvil, bien pidiéndotelo sin excusas o escudándose en la necesidad de tenerlo por si surge algún tema de trabajo que tengáis que resolver. Tampoco hay que olvidar los posibles emails que puedas recibir en tu correo laboral o personal, donde puede que quede reflejado un interés más allá del profesional.
Si está pendiente de lo que publicas en tus redes sociales, respondiendo o valorando tus comentarios, comentando tus imágenes, en definitiva, estando siempre dispuesto interactuar contigo en la red, es que te tiene muy en mente al finalizar la jornada laboral.
Siempre a tu lado
Por último, otra señal de atracción es el hecho de que un compañero siempre ‘cae’ a tu lado en cualquier reunión de grupo. Puede ser que simplemente le caigas bien, pero si siempre encuentra el modo de sentarse junto a ti a la hora de comer, de colocarse a tu lado junto a la máquina de vending o si acabáis siempre sentados uno al lado del otro, codo con codo, en una reunión de trabajo, puede que estas situaciones tengan poco que ver con la casualidad.